En el post anterior hablamos de las 3 etapas de la alquimia y su relación con aprendizaje que lleva a un despertar gradual de la conciencia y evolución espiritual.
Dentro de las tres grandes etapas de la Gran Obra Alquímica (Nigredo, Albedo, Rubedo) se encuentran siete sub etapas (Calcinatio, Solutio, Coagulatio, Sublimatio, Mortificatio, Separatio, Coniuctio). Cada una de ella representa pruebas o escalones que el alquimista deberá recorrer en su elevación espiritual. Una vez que se han recorrido los 7 escalones de la Nigredo, se iniciará el viaje hacia el ascenso por la Albedo, para finalizar en el último peldaño de la Rubedo.
Las 7 sub-etapas: La Escala del Alquimista
Astrológicamente los ciclos vitales se encuentran divididos en períodos de siete años que son los aspectos que realiza Saturno sobre sí mismo (Ciclo de Saturno 7- 14- 21- 28- 35 años), por lo que estas siete sub etapas alquímicas encuentran correspondencia íntima con las edades críticas de Saturno.
1.- CALCINATIO: La primera sub-etapa tiene analogía con la Via Seca, se quema la materia prima, independientemente de la vía que se elija: la seca, la húmeda, la mixta o la breve, el primer acto es ígneo. Bien sabido es que todo comienzo encierra en sí mismo el entusiasmo, la fuerza, la pasión por algo, la motivación, esto se manifiesta a través del CALCINATIO, quemarse por la llama interna que devora la vida, es lo primero que sucede al iniciarse cualquier ciclo. Cuando esta sub-etapa se manifiesta de una forma negativa el hombre se confronta al orgullo excesivo (hybris), a la ira, al egoismo, al fanatismo y la intolerancia.
2.- SOLUTIO: Equivalente a la vía húmeda. Calcinada la materia prima, eliminadas sus impurezas, reducidas a polvo, se agrega agua de mercurio. Despertada la pasión de la etapa anterior, con SOLUTIO se disuelve el ego, se lo deja atrás y el hombre se abre a otras posibilidades. Aprende a pensar en otros antes que en sí mismo y a sacrificarse por algo superior. En este sub-periodo todo lo que parecía importante se disuelve, desaparece todo aquello en lo que se confiaba y se da la decepción, se asocia a Luna/Neptuno. El aprendizaje a través del agua incluye las lágrimas, el llanto, pero también la devoción. Aquí el individuo se percata que su identidad fue una ilusión.
3.- COAGULATIO: Después que a las cenizas de CALCINATIO se le ha agregado el agua de mercurio, se espera que se seque. Así entramos en el proceso de COAGULATIO, la cristalización de la prima materia devenida en piedra. A este proceso el alquimista describía bajo las palabras SOLVE ET COAGULA, disuelve y endurece. COAGULATIO entonces es la fuerza consolidadora de la materia: construir, hacer y sentir que en algún momento lo que se ha edificado adquiere una estructura sólida, esa es la realización o proyecto de la piedra filosofal. En estos procesos el individuo se fortalece, crece, se vuelve resistente ante la adversidad, ha caído en la materia pero ha aprendido a ser eficaz y realizador en el mundo concreto. En su expresión negativa convierte al hombre ciego hacia los mundos espirituales; materialista y sin Dios, insensible hacia las demandas y sentimientos de otros.
4.- SUBLIMATIO: Después de COAGULATIO en que la materia prima se ha cristalizado y adquirido forma nuevamente, sigue la etapa de SUBLIMATIO, que es la de rescatar el espíritu en su evaporación a través de la acción del fuego sobre la prima materia. A través de este fuego nuevamente se captura el espíritu y se lo separa en una “retorta” (tubo de ensayo), se deja reposar y de la humedad se obtiene el Mercurius Philosoforum. Simbólicamente para el alquimista todo lo que existe encierra dentro de sí un elemental con vida. SUBLIMATIO es separar nuestras necesidades espirituales de las materiales. Si con COAGULATIO se tenía que penetrar profundamente en la materia, aquí se debe elevar la sustancia espiritual por encima de la misma, despertando en el hombre ideales nobles. Con SUBLIMATIO el alquimista comienza a desarrollar los ideales de la filosofía hermética, su pensamiento abstracto en detrimento de su mundo material, concreto. A veces SUBLIMATIO se define como en los arcanos VI del tarot, los Enamorados, la elección entre la senda ideal o material y el XVII, la Estrella, la búsqueda de lo sublime.
5.- MORTIFICATIO: Una vez realizada la separación del espíritu de la piedra, esta sufre y comienza su largo proceso de putrefacción Si bien se ha logrado rescatar al Mercurio, al espíritu, la Gran Obra se descompone. Después de tanto trabajo y esfuerzo ahora surge el miedo. MORTIFICATIO es el escalón crucial de prueba para el hermético: o la obra muere definitivamente o renace bajo una nueva forma y apariencia. MORTIFICATIO incluye todos los procesos de duelo en una vida, de pérdidas, donde Plutón, Saturno y la Luna adquieren su mayor poder como energía de máxima enseñanza. Si con SOLUTIO algo se había perdido con lástima y añoranza aquí es la pérdida dolorosa, el dolor más intenso, llamado por los hermetistas la noche oscura del alma. En este proceso se da un gran triangulo dentro del tarot entre los arcanos XIII, XIV y XV (La Muerte, La Templanza y El Diablo). El alquimista confronta la muerte con el arcano XIII; en el XIV conoce al ángel, al maestro, guía, a la luz, siempre aparece en nuestra vida este Arcano cuando más se lo necesita; pero simultáneamente aparece el arcano XV que lo tienta, lo lleva hacia la oscuridad. El arcano XV adquiere poder en MORTIFICATIO porque el hombre se encuentra en su momento más vulnerable, donde desea salir de ese estado de sufrimiento. Es el momento de la gran elección, o elige la vía oscura del arcano XV, El Diablo o por la vía luminosa del arcano XIV la Templanza. De todas maneras, independientemente de la vía que escoja llegará el arcano XVI, la Torre de la destrucción. La diferencia entre el alquimista y el hombre común es que el primero, si bien sabe que deberá pasar por un período de destrucción, no se dejará llevar por la tentación. Sabe también que llegará el Arcano XVII, la Esperanza.
6.- SEPARATIO: Aquí ya la piedra ha muerto y el Mercurio Philosoforum se encuentra en estado líquido tras el proceso de destilación. SEPARATIO corresponde a la fase de la luna llena, es donde se manifiesta la máxima tensión y división de la conciencia entre el poder solar y el poder lunar, lo masculino y lo femenino, lo positivo y lo negativo, el hombre y la mujer, el blanco y el negro. En SEPARATIO se da la gran separación o ruptura de las dos energías, Sol y Luna. A nivel concreto esta etapa es de vital importancia pues se acepta el alejamiento y la separación de personas y/o situaciones de nuestra vida que ya no corresponden al proceso de crecimiento. Dentro del sendero de SEPARATIO el hombre voluntariamente se separa de algo que ya no funciona o que ha terminado en su mundo externo o en su interior.
7.- CONIUNCTIO: Una vez que ha ocurrido la separación se llega al siguiente paso, la última etapa, que es la CONIUNCTIO o unión de los opuestos, es la integración de nuestro Yo con lo Divino. A niveles más mundanos es la conciencia transpersonal. Aquí se une la piedra en su estado de putrefacción con el Divino Hermafrodita, Mercurio, devolviéndole la vida y cambiando su color. Es el matrimonio alquímico entre el Sol y la Luna, el Rey y la Reina, la fusión en un todo inseparable y la creación de su hijo en el Mercurio Filosofal encarnando en la piedra.
La persona que haya alcanzado este estado de evolución espiritual nunca volverá a ser la misma, ya que su percepción acerca del mundo y de sí mismo estará inundada por lo trascendente
Estas 7 sub-etapas una vez que se han desarrollado en la etapa de la Nigredo, comenzaran nuevamente desde Calcinatio en la etapa de Albedo y así sucesivamente hasta finalizar en la Coniuctio de la Rubedo, donde se logra finalmente la Piedra Roja, llamada Lapis Philosoforum o Piedra Filosofal. Siendo la realización total, el Oro Alquimico, el Arcano XXI el Mundo.
El Ánfora como un modelo de constitución del Ser Humano
En el dibujo del ánfora o botella de Bruno Huber, los planetas están dispuestos en la vertical, indicando que esta alineación conduce a una sincronización de los tres planetas de la personalidad con las funciones superiores simbolizadas por Urano, Neptuno y Plutón.
El Ánfora incorpora el sistema de casas y planetas, así como las zonas de los tres niveles de la personalidad. Podrá observarse que Saturno, la Luna y el Sol, no están localizados en el área central, sino que éstos se sitúan más bien de acuerdo a la importancia de su función en la estructura de la personalidad, y se convierten así en los dirigentes de las tres áreas respectivas: Saturno de lo inconsciente, la Luna como puente hacia lo consciente, y el Sol como dirigente de lo consciente.
Los planetas espirituales (Urano, Neptuno y Plutón), sólo están activos en nuestro horóscopo de manera individual si sabemos lo que significan. Debemos esforzarnos por comprender sus cualidades, Para que se activen en nosotros como imágenes guía espirituales.
Cuando trascendemos la esfera de Saturno y llegamos a Urano, Neptuno y Plutón el hombre entra en una etapa preparatoria hacia un nivel de evolución superior, liberándose gradualmente de las leyes solares y llegando a la conciencia estelar, a la sexta dimensión.
Para más información sobre el origen del Ánfora de Bruno Huber, véase el artículo: http://www.escuelahuber.org/psicologia/psico0521.htm
Bibliografia:
"ALQUIMIA Y ASTROLOGÍA" Ariell Chris y Laura Morandini
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