Esta carta nos muestra una autoridad espiritual, es un Papa que está hablando con dos monjes. Transmite una enseñanza, es la sabiduría espiritual interpretada por el hombre. Es una carta que nos muestra una comunicación. Siempre que aparece esta carta hay una comunicación. En su mano el Papa sostiene un báculo, que es como una antena que permite trasmitir y recibir información, y representa el dogma y la tradición.
Detrás del Papa se puede apreciar las dos columnas del templo, en esta carta las dos columnas del templo están al descubierto, al contrario que en la carta de la Papisa que estan cubiertas por un velo. El Papa y la Papisa son pareja. La Papisa representa el conocimiento esotérico, es un conocimiento que hay que descubrir en el interior, por eso las columnas están cubiertas por un velo. Mientras que las enseñanzas del Papa son hacia fuera, es la transmisión de una tradición, una enseñanza establecida.
La Papisa y el Papa son guardianes del conocimiento. Pero mientras que el conocimiento de la Papisa es un conocimiento hacia dentro (esotérico), el conocimiento del Papa es hacia fuera (exotérico). Cada uno mira hacia un lado, mientras que la Papisa mira hacia la izquierda, el lado de la intuición, el Papa mira hacia la derecha, el lado de la razón. Es necesario unir los dos polos del conocimiento, por eso la Papisa y el Papa son una de las parejas del Tarot.
El Papa es el Pontífice, que significa “el hacedor de puentes”. El Papa es un puente entre lo espiritual y lo humano. Si ese puente está bien dirigido nos llevara hacia un conocimiento que nos liberará, si está mal dirigido nos llevara hacia un conocimiento que nos esclavizará como humanidad. Integrar las dos polaridades que hay en nuestro interior, nuestra luz y nuestra sombra nos ayudará a cruzar ese puente hacia la divinidad. Jung nos habla de la integración de los opuestos simbolizado esencialmente en la imagen del casamiento alquímico, y en los atributos alquímicos del sol y la luna. «Todo lo humano es relativo porque todo descansa en la interior contradicción o polaridad.» También dijo Jung: "El encuentro con uno mismo, al principio, es el encuentro con la propia sombra. La sombra es un pasaje, una puerta estrecha y no hay forma de bajar al pozo profundo sin sufrir el dolor del angostamiento que implica cruzarla. Pero hay que aprender a conocerse a uno mismo para saber quién se es. Porque, por sorpresa, lo que se encuentra detrás de la puerta es una vasta extensión de incertidumbres sin precedentes, sin derecho ni revés, sin parte superior ni inferior, sin ubicación ni pertenencia, ni bien ni mal. Es el mundo del agua…, donde soy indivisiblemente esto y aquello al mismo tiempo, donde experimento al otro dentro de mí mismo y el otro fuera de mí me experimenta a mí."
Los dos personajes que miran hacia el Papa son las dos polaridades, la dualidad que debemos de trascender. La manera de trascender esta dualidad es a través del 5º elemento. El 5º elemento es el que nos integra, el que nos da la vida, es el éter, la emanación del Espíritu. El elemento aire, es la mente, la tierra, es lo físico, el agua, las emociones, el fuego es la acción. Y el éter es lo que les aporta la vida.
El 5 es el número de la perfección humana. Cinco son los sentidos humanos (vista, oído, olfato, gusto, tacto).
El símbolo del 5 es el pentagrama, la estrella de cinco puntas. En el pentagrama, la punta superior representa el Espíritu, las otras 4 puntas representan los 4 elementos: Aire, Tierra, Agua y Fuego. El pentagrama también representa al ser humano, la punta superior es la cabeza, las superiores los brazos, y las inferiores las piernas.
El Pentáculo, se encuentra dentro de un círculo que une todos los aspectos del hombre, cuerpo, mente, emoción y acción.
El Pentagrama es un símbolo protector cuando la punta del Espíritu está hacia arriba, ya que representa energías positivas, pero cuando esta invertido, es decir con la punta del Espíritu hacia abajo, representa lo negativo.
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