Y el trabajo exterior no puede ser grande si el trabajo interior es pequeño.
- Maestro Eckhart, místico cristiano del siglo XIV
En el libro “El poder contra la fuerza” de David R Hawkins (Doctor en Medicina y Filosofía), el autor nos habla de la diferencia entre el poder y la fuerza; La fuerza se ejerce siempre desde el ego por lo que trae consigo una oposición, y en consecuencia una enorme pérdida de energía; mientras que el poder contribuye a la realización del Ser, y a su estado natural, que es la Paz interior.
Todos los problemas que se establecen en el mundo exterior siempre provienen del interior, cuando somos conscientes de esto, y nos hacemos responsables de nosotros mismos, es cuando comienza el viaje hacia la toma de conciencia, subiendo niveles en nuestro "Mapa de la conciencia".
Según Hawkins, El hombre piensa que vive en virtud de las fuerzas que él puede controlar, pero de hecho, se rige por un poder de origen no revelado, poder sobre el que no tiene control. Debido a que el poder se hace sin esfuerzo, pasa desapercibido e insospechado. La fuerza es vivida a través de los sentidos; el poder sólo puede ser reconocido a través de la consciencia interior. El hombre está inmovilizado en su estado actual por su alineación a patrones atractores de energía muy poderosos, que él mismo inconscientemente, pone en movimiento. Momento a momento, está suspendido en este estado de evolución, retenido por las energías de la fuerza, impulsado por las energías del poder.
El individuo es pues, como un corcho en el mar de la conciencia -el no sabe dónde está, de dónde viene, ni a dónde va, y él no sabe por qué. El hombre divaga en este enigma sin fin, preguntándose las mismas cuestiones siglo tras siglo, y así seguirá, a falta de un salto cuántico en la conciencia. Un hito de tal súbita expansión del contexto y la comprensión es una experiencia interior de alivio, alegría y asombro. Todos los que han tenido tal experiencia sienten después que el universo les ha concedido un don precioso. Los hechos se acumulan por el esfuerzo, pero la verdad se revela sin esfuerzo.
Este poder del que nos habla Hawkins, es nuestro propio inconsciente que actúa todo el tiempo en nosotros, y según la conciencia de cada uno. Alcanzar la consciencia superior, consiste en ir iluminando ese inconsciente, que actúa como un resorte automático en nuestra vida, atrayendo circunstancias de las cuales no nos responsabilizamos, al atribuirlas al azar. Jung decía al respecto: Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz sino haciendo consciente la oscuridad.
Según Hawkins el universo es altamente consciente, y nuestras decisiones, desde la más pequeña a la que creemos más importante, afectan a la vida de todos.
Hawkins desarrollo en este libro, un “mapa de la Conciencia” que describe nuestro proceso espiritual. El Mapa presenta una lista de actitudes y emociones, y les asigna un valor numérico. Todos atravesamos esos estados de conciencia en algún momento, y con cada experiencia aprendemos a expandir nuestra conciencia desde el estado más denso hasta la conciencia más pura. Por ejemplo, los sentimientos que nos generan culpa, la ansiedad y odio, están en los niveles en los cuales atraemos la energía negativa, mientras que la afirmación, la confianza y el optimismo, atraen la energía positiva, que aumentan nuestro bienestar y en última instancia conducen a la conciencia pura, en la cual estamos en completa paz y armonía con cualquier tipo de experiencia que vivamos.
“El Mapa de la Conciencia”, confirma que las etapas la evolución interior encontradas en la literatura sagrada, y mencionados por los filósofos, santos, sabios y místicos a lo largo de los siglos son auténticas y medibles, es decir son patrones que atraen determinados campos de energía, que vibran en similar sintonía. Esos patrones nunca habían estado englobados en un marco científico por el cual entenderlos y así avanzar hacia la libertad definitiva. Los niveles de conciencia o campos de energía, se valoran de acuerdo a su efecto. Con cada aumento progresivo en el nivel de conciencia, la vibración de la energía se incrementa y sutiliza.
La kinesiología es una de las aplicaciones prácticas, que se desarrollo a partir de los estudios de Hawkins. La kinesiología es una ciencia basada en la prueba de una respuesta muscular ante los estímulos; Un estímulo positivo provoca una respuesta muscular de fortaleza; un estímulo negativo produce un debilitamiento demostrable en la prueba muscular.
Según Hawkins
El punto de respuesta crítico en la escala de conciencia calibra en el nivel 200, el cual es el nivel asociado con el Coraje. Todas las actitudes, pensamientos, sentimientos, asociaciones, entidades o figuras históricas por debajo de este nivel de calibración hacen que una personase se debilite. Todas las actitudes, pensamientos, sentimientos, asociaciones, entidades o figuras históricas por encima de este nivel de calibración hacen que una personase se fortaleza. Este es el punto de equilibrio entre los atractores débiles y fuertes y entre la influencia negativa y positiva, y entre la verdad y la falsedad.
A los niveles por debajo de 200, el impulso primario es la supervivencia personal, aunque en la parte más baja de la escala, la zona de la desesperación y la depresión, hasta esta motivación está ausente. Los niveles del Miedo y la Ira están caracterizados por los impulsos egocéntricos, que emergen de esta urgencia por la supervivencia personal. En el nivel del Orgullo, el móvil de la supervivencia puede expandirse para abarcar también la subsistencia de los demás. A medida que se cruza el límite entre la influencia negativa y la positiva en el Coraje, el bienestar de los demás se torna cada vez más importante. En el nivel 500, la felicidad de los demás emerge como la fuerza motivadora esencial. Los altos 500s, están caracterizados por el interés en la consciencia espiritual tanto en uno mismo como en los demás, y por los 600s, el bien de la humanidad y la búsqueda de la iluminación. De 700 a 1.000, la vida se dedica a la salvación de la humanidad.
Bibliografía: “El Poder contra la Fuerza” de David R Hawkins
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