En la imagen, un hombre se encuentra entre dos mujeres, una joven y una de aspecto más maduro. El personaje duda con que mujer quedarse, la de la izquierda es su pasado y la de la derecha pertenece a su futuro. La mujer joven toca el corazón del hombre, la mujer madura pone una mano sobre su hombro en señal de protección, mientras que con la otra mano trata de retenerle. La mujer joven representa la intuición, que es la inteligencia del corazón, en ocasiones reñida con la razón. La mujer madura representa la seguridad, la protección, lo que ya se conoce. La figura masculina mira hacia el pasado (mujer madura), indicio de que por regla general, tendemos a tomar las decisiones, teniendo en cuenta las experiencias del pasado. Una decisión diferente nos llevaría a un resultado diferente, pero siempre es más cómodo para la mente continuar con mismos patrones conductuales, ya que lo conocido nos aporta seguridad. Mientras tanto Cupido en el cielo espera para lanzar su flecha hacia el corazón del hombre, justo donde la mujer joven posa su mano izquierda.
Esta carta está asociada a las decisiones que se nos presentan en la vida, ya que cada elección que hacemos determina nuestro futuro. La encrucijada significa que cualquier rumbo tomado implicará dejar otra oportunidad atrás, sin embargo, el Enamorado puede elegir no renunciar a ninguno de los dos atributos, en ese caso, el desafío del Enamorado estaría en reconciliar los opuestos.
Según la Numerología Cabalística, el seis es la esfera de la belleza (Tipheret) correspondiente al corazón, asociada al poder de la armonía y el equilibrio entre dos fuerzas opuestas. Solo a través del corazón podemos reconciliar los conflictos.
El seis es uno de los números perfectos, si sumas 1+2+3=6
El seis por tanto, representa la armonía, su símbolo es el hexagrama, formado por dos triángulos equiláteros entrelazados. Estos dos triángulos enlazados representan una figura de gran armonía y belleza.
El hexagrama es la estrella de 6 puntas que entremezcla dos triángulos de naturalezas opuestas. Los dos triángulos que conforman el hexagrama esta en el signo de la Estrella de David. El triángulo que apunta hacia arriba representa el fuego, lo masculino, lo trascendente y el espíritu. El triángulo que apunta hacia abajo representa el agua, lo femenino, lo manifestado y la matriz divina.
El seis es el número del hombre, cuyo espíritu encarna en la materia. Su misión es conocer su naturaleza divina e iluminar y trascender la materia. El hombre es Espíritu y Materia; su naturaleza es al mismo tiempo divina y humana.
Samael Aun Weor explica la diferencia entre Cuerpo, Alma y Espíritu de la siguiente manera: “El cuerpo físico por su densidad sirve de vehículo al Alma para su evolución en el mundo de la materia. El Alma no es el Espíritu ni el Espíritu es el Alma. El Alma está constituida por los valores concientivos obtenidos en cada encarnación. El Espíritu es la chispa divinal desprendida del seno del Absoluto en aquél amanecer de la vida.”
El seis es el número del hombre, cuyo espíritu encarna en la materia. Su misión es conocer su naturaleza divina e iluminar y trascender la materia. El hombre es Espíritu y Materia; su naturaleza es al mismo tiempo divina y humana.
Samael Aun Weor explica la diferencia entre Cuerpo, Alma y Espíritu de la siguiente manera: “El cuerpo físico por su densidad sirve de vehículo al Alma para su evolución en el mundo de la materia. El Alma no es el Espíritu ni el Espíritu es el Alma. El Alma está constituida por los valores concientivos obtenidos en cada encarnación. El Espíritu es la chispa divinal desprendida del seno del Absoluto en aquél amanecer de la vida.”
El Mercaba, formado por dos triángulos enlazados entre sí, es el vehículo de la conciencia y la sabiduría humana expandiéndose en el mundo manifestado.
En el enamorado la figura masculina debe de elegir entre el fuego (la atracción física) y la tierra (la estabilidad emocional). La solución pasará por conciliar los opuestos para alcanzar la armonía. El significado de esta carta tiene cierta conexión con el signo de la balanza, Libra, cuyo regente es Venus, diosa del amor. La balanza también hace su aparición en el arcano número 8, esto quiere decir, que cualquier decisión que tomemos (Arcano 6), va a tener su consecuencia (Arcano 8). El Arcano número 8 es La Justicia, que representa el karma, resultado de las acciones pasadas. Por lo que cuanto más armoniosas y alineadas estén nuestras elecciones con nuestros propósitos, mejor karma atraeremos a nuestra vida.
El amor es un arma de doble filo, muy a menudo nos dejamos engañar por las apariencias y Cupido nos clava su flecha y la locura hace su aparición.
Esta frase de William Blake, uno de mis dibujantes y místicos favoritos, me gusta más: “Si el loco persistiese en su locura se volvería sabio.”
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