La Emperatriz y El Arcano 13

La Emperatriz y El Arcano 13, desde el punto de vista visual no se parecen en nada, pero desde el punto de vista arquetípico tienen una correlación muy interesante. Visualmente la carta de la Emperatriz es muy agradable, mientras que la del Arcano 13 es sumamente desagradable.

La carta de La Emperatriz nos muestra una mujer bellamente ataviada, parece una mujer rica y joven en posesión de toda su belleza y poder. Es una mujer fértil que sujeta con la mano izquierda su vara de poder señalando su vientre encinto. En la vara de poder se puede apreciar una esfera: símbolo de la vida, y una cruz: símbolo de las cuatro dimensiones donde se manifiesta la materia. En su mano derecha podemos ver un escudo de protección con la imagen de un águila, que simboliza el poder solar. 

La carta del “Arcano sin nombre” o “Arcano 13” es una carta bastante desagradable, y no suele gustar a nadie. Casi todo el mundo cuando la ve la suele nombrar como “La Muerte”, pero esta carta no tiene nombre, de hecho es la única carta de los Arcanos mayores que no tiene nombre. En esta carta podemos ver la imagen de un semi esqueleto humano, que aún conserva parte de su piel, y que siega y remueve con su hoz un suelo negro y fértil repleto de restos humanos y vegetales. 

¿En que se parecen estas dos cartas?

Desde el punto de vista de la numerología, es otro ciclo. Si os fijáis La Emperatriz, tiene el número 3, y el Arcano sin nombre el número 13, por lo tanto aquí se puede apreciar un paralelismo, pero es un paralelismo cíclico. El 3 y 13 forman parte del ciclo de la vida. Las dos cartas representan la fertilidad, la Tierra, los ciclos de siembra y fertilidad. La fertilidad de la mujer, que no es otra que la Virgen, Galia o la Madre Tierra, que crea en colaboración con el poder del Sol (águila). Mientras el Arcano sin nombre prepara la tierra para la próxima siembra, con restos de organismos muertos, formando una tierra fértil para que de nuevos frutos. Son los ciclos de la muerte y renacimiento, y la carta del Arcano sin nombre nos recuerda que nada es eterno en la dimensión material, todo son ciclos.